domingo, 14 de agosto de 2016

HABLA CON TUS ÁNGELES

Cuando tu ángel te hable, anota todo lo que recibas como información. Cuando escribas lo que sientes, no corrijas ni censures absolutamente nada por más que te parezca que puede estar mal redactado. No cambies palabras para que suene mejor. Escribe sin juzgar, ábrete a sus mensajes. 

Si no logras escuchar palabras, escribe lo que sientas en tu cuerpo como sensaciones que aparecen al alinearte con tu ángel. Cada uno tiene su propia manera de sentirlo. Algunas personas ven espirales de energía colorida, otras tienen sensaciones sobre su cuerpo, que ya nombré anteriormente:

Cosquilleos, sensación de proximidad sin temor, calor, olores agradables etc. Otras pueden escucharlos o visualizar imágenes en su mente. Cada persona tiene su propio don. Y todos son válidos.

Al conversar con nuestros ángeles aprendemos a refinar nuestros deseos: a no desear simplemente lo que queremos, sino lo que es más conveniente para todos. Y eso ese uno de los dones que recibimos cuando nos contactamos con nuestros ángeles. 



MÉTODO PARA CONTACTARTE CON TU ÁNGEL

1. Ten listo tu espacio. Encuentra un lugar tranquilo donde nadie te moleste, como tu cuarto. Apaga todos los aparatos electrónicos que puedan distraerte, como por ejemplo, tu televisor, teléfono o la computadora. Tal vez quieras encender una vela o un incienso, para mantener tu mente enfocada en algo.

2. Siéntate en una posición cómoda. Para meditar, necesitas estar quieto por un largo rato. No te sientes en un lugar que te incomode y tengas que moverte. Incluso, puedes meditar acostado o acostada, siempre y cuando no te duermas.


3. Respira profundo y despeja tu mente. Cierra los ojos o mantén tu vista en la vela. Intenta no pensar en absolutamente nada por unos minutos, ni siquiera en tu ángel de la guarda. Concéntrate en mantener una respiración estable y lenta.


4. Saluda a tu ángel de la guarda. En tu mente, dile “hola” a tu ángel de la guarda. Agradécele a por cuidarte. Cuéntale sobre cualquier problema que te inquiete. Pídele que te guíe y oriente.


5. Escucha la respuesta de tu ángel. Las señales para saber si tu ángel de la guarda está ahí serán sutiles. Tal vez sea un ruido casi perceptible, una imagen fugaz que pase por tu mente, una sensación de calidez, o incluso sentir que alguien más está contigo en el cuarto vacío.


6. Sal del estado de meditación poco a poco. Despídete de tu ángel. Termina la meditación con una oración. Si tus ojos estaban cerrados, ábrelos ya. Cambia de posición y siéntate un minuto o dos para que tu mente regrese a la normalidad.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.